A veces veo a los niños pequeños correr como si lo único importante en la vida fuese conseguir saltar el pie de uno de sus abuelos y que no les pille.
Veo como ríen y ríen sin parar cuando un perro corre tras ellos con el único afán de devolverle la caricia que le hace cada día. También envidio a ese perro.
Hoy vi como un pequeño lloraba porque no tenía su pluma que le dieron de un pavo real y pensé en cuando fue la última vez que lloré por no conseguir lo que quería.
A veces pienso en si esa parte de niño pequeño se ha ido de mi interior y me pregunto si volverá alguna vez pero entonces veo una tienda de golosinas y ese niño vuelve a salir, o simplemente veo unos dibujos que solía ver de pequeño y se reaviva en mi interior esas vivencias que son la base de lo que soy hoy en día.
Pienso, y es más, afirmo que esa niñez, esas vivencias, esa sonrisa que aparece cuando vemos a un niño jugando y riendo son la esencia de cada persona y los cimientos de toda personalidad.
aunque hay que mimar a ese niño también hay que construir a una persona mayor con unos fuertes principios y una clara humanidad, sin eso, no se va a ningún lado.
Hoy vi a un niño sonreír pero yo ni miraba al exterior, solo me miré en el interior.