jueves, 24 de diciembre de 2015

Le digo adiós al 2015

Como cada año, por estas fechas, suele ser tradición (más que el posado de Ana Obregón en verano) mi resumen y reconocimiento de los hechos más importantes del año que va a acabar.

Este 2015 ha sido un año muy completo, un año en el que no ha faltado ningún tipo de emociones, que al fin y al cabo es lo bonito de la vida, la diversidad de sentimientos y experiencias.

En primer lugar agradecer a todas las personas que han hecho posible que acabe el año y tenga un buen sabor de boca de este 2015, a esas personas que me han hecho reír hasta llorar y que también me han visto llorar y me han hecho reír.

Durante estos doce meses he conseguido averiguar verdades como puños y mentiras asquerosas, personas reales y personas tóxicas, cariño del verdadero y del ficticio... y así un sinfín de experiencias que han conseguido que siga evolucionando mi forma de ser, de actuar y de comprender.

Si algo he aprendido es que hay que mostrar una gran capacidad de empatía en la vida y sobre todo con las personas que nos importan, nunca sabes las circunstancia en las que esa persona o personas se encuentran ni el porqué de muchas cosas.

Aceptar los errores es una parte fundamental en la vida. Nunca es tarde cuando lo que se pretende tiene buena intención y buen fondo pero siempre hay que intentarlo, no debe quedar escondido tras un orgullo rencoroso.

La vida está llena visitas que vienen y van, de personas que llegan a ti, te enseñan algo y desaparecen y personas que nunca te dejan de enseñar. Lo importante de todo esto es aprender, madurar y crecer.

He conseguido no arrepentirme de nada de lo que he hecho. Hice lo que creí oportuno o lo que realmente me dio la gana en cada momento, porque nadie va a vivir por mí ni yo por nadie, lo justo es vivir sin juzgar o, por lo menos, sin entromisión en vida ajena, ya cada uno tiene bastante con su vida como para tener que llevar por delante la de otra persona.

Siempre he pensado que quién quiere puede, y quien te quiere te busca y te lo demuestra, cuando alguien no está a tu lado es porque no quiere y al final acaba por desaparecer su sitio.

No hace falta que sea navidad para echar de menos a alguien que se marchó injustamente y que cada día, cada minuto y cada segundo está en todas mis decisiones y en todos mis logros, también en cada uno de mis errores, porque ella... ella está en mí.

Este año he decidido vivir, vivir a mi manera, vivir a mi familia, vivir a mis sobrinos (a los que quiero más que a mí) , vivir a mis amigos  y vivirme a mí. Disfrutar y sentir cada sensación como si fuese nueva, cada día como si no hubiese un mañana y evitar cualquier sensación negativa proveniente de personas a las que, de una manera u otra, no se lo permito.

Por último, y para no ser pesado, desearos una feliz Navidad y un gran 2016. 

Sean felices, es gratis.



lunes, 7 de diciembre de 2015

Mónica no se rinde jamás.

Hace unos días se dio el evento marica del año, el regreso de Mónica Naranjo a la música tras varios años en silencio.

Escucho "Jamás" que así se titula el single del que será su nuevo disco de estudio "Lubna" y no tardo en tener unas sensaciones embargando mi cuerpo, en parte eran nervios por estar escuchando a Mónica.

La canción: en general suena a "Europa" es cierto, pero el sentimiento es diferente, esta canción transmite dolor, fuerza y realidad.

La música es una exquisitez, Mónica ha sabido elegir bien, lo que será el hilo musical de "Jamás" y lo hace con una melodía que rompe al llegar la fuerza de la letra.
No contenta con eso, Mónica decide sumar una coral a la canción, lo que hace que suena más señorial y más sentido. da un halo de misterio y fuerza en los matices en los que entra la coral.

Si algo sabe Mónica es controlar los matices vocales a la hora de cantar, y en "Jamás" lo deja bastante claro, juega con una ternura en la voz impresionante, que se hace más pequeña cuando llega la fuerza del mensaje en la canción. Mónica deja claro que no piensa rendirse jamás.

Suena en algunos momentos de la canción esa voz de Mónica que nos recuerda a una ópera, por algo "Lubna" será una ópera rock. Algo a lo que, en España, no estamos muy acostumbrados. Eso gusta, gusta y mucho.

La historia que canta Mónica, por desgracia, es muy común hoy en día, es algo que todos conocemos y que algunos hemos llegado a padecer. Lo que hace a la canción bastante más cercana y con la opción de interpretarla cada oyente a su manera.

La canción es una gran carta de presentación de 5:28 minutos y con la capacidad de dejar sin respiración a quienes estamos dispuesto a escuchar sentimientos y no berridos. es una canción mucho más sentida de chillada, un punto, muy a favor, para Mónica.

El videoclip: el video comienza con una diva entrando en una iglesia. Parece que Mónica vuelve, y vuelve con lentejuelas negras.

Transmite con el rostro sin necesidad de hacerlo con la voz, nos alejamos de ese divismo contínuo de otros videoclips tales como "europa",

Mónica insiste en que no se va a rendir en la lucha que le queda por delante, y lo transmite con una dureza en el rostro que te deja al borde del parraque.

Si hay algo que te deja sin respiración es el dolor de la madre que se encuentra al lado de su hijo en el hospital. Ahí no hay Mónica Naranjo, no hay una cantante, ahí lo que hay es una madre, una madre hundida viendo la ida de su hijo, la ida de la que no se vuelve, y esa madre lo sabe.

Lo más sorprendente del videoclip es el momento en el que Mónica habla consigo misma, habla con su "yo" destruído y lleno de dolor, recurre a sí misma para recobrar fuerzas, una fuerza que va a necesitar para no rendirse, una fuerza sobrehumana que saca el ser humano cuando ya ha rozado la desesperanza y el dolor más duro que se pueda vivir.
Es precioso ver como se unen las dos partes de una misma persona.

"perder todo y fracasar, rendirme jamás" ese es el gran mensaje de lucha y fuerza que lanza Mónica Naranjo.

Grande Mónica, gran canción y gran mensaje oculto en una voz preciosa y una música inmejorable.













"No aislemos, intervengamos."