martes, 21 de julio de 2020

Pues no.

Voy a ser sincero del todo, por completo.

Me disponía a escribir una entrada sobre algunos pensamientos y sentimientos que me rondaban durante éstos últimos días, pero al ponerme a escribirlos he llegado a una conclusión: No merece la pena.

No merece la pena llegar a tener que escribir sobre decepciones de personas cercanas.

En el fondo sabemos la verdad de las situaciones y de las personas, sabemos lo que se oculta y sabemos cuando parar, otra cosa es que, a veces, no lo hagamos en el momento adecuado pero alguien decía eso de... "más vale tarde que nunca". Pues eso.

Me he dado cuenta de que me merezco la tranquilidad de la que disfruto ahora mismo, lo de no temer a un whatsapp ni a una llamada. De tener solo los problemas propios, los míos, no quiero egoísmo. Ya no.

Así que he decidido que lo que pensaba escribir lo voy a poner en práctica.





"No aislemos, intervengamos."