A escasamente una semana de terminar el año me dispongo a contar lo que ha sido para mí y lo que he aprendido este 2014.
En primer lugar ha sido un año lleno de aprendizajes y nuevos momentos, por desgracia, muchos de ellos no muy agradables.
Uno de los mayores logros que he conseguido ha sido aprender a ser feliz cuando tu vida no está completa, y no me refiero a parejas, me refiero a cuando tu mayor fuente de ingresos emocionales necesarios ya no está.
El 2014 ha sido un año en el que me he sentido muy protegido y querido, incluso diría que hasta mimado, pero también ha sido un año lleno de decepciones e incluso alguna traición. Lo malo de las traiciones es que nunca vienen de mano de ningún enemigo, sino todo lo contrario, viene de alguien a quién abres las puertas de tu vida y sentimientos y termina derrumbándola por completo sin darle el valor que se merece.
Lo bueno de esto, que también tiene su parte positiva, es que terminas aprendiendo que la amistad está muy mitificada y sobrevalorada, que las personas terminamos tirando para nuestros propios intereses y que a quién creías una persona bastante importante termina quedando como coleguita de copas y cada vez menos a menudo.
Sí es cierto que te das cuenta que hay personas para las que eres un pilar importante en su vida, sentimiento e incluso decisiones, para las que tu opinión tiene mucha importancia y para las que tus vivencias constan de mucha credibilidad, cosa poco común hoy en día.
Ya hice una entrada hablando de mi opinión sobre las clases de personas y las personas con clase, no quiero indagar mucho tampoco sobre personas que no terminan aportando demasiado a mi vida y felicidad.
Lo único con lo que quiero culminar este tema es diciendo que la vida ha sido muy justa e inteligente en este aspecto, a ti te ha puesto ahí, pero a mí me ha puesto aquí, para conocer lo que realmente no quiero que me rodee, ni hipocresía, ni falsedad ni segundos tiempos. A mí es que la prórroga me parece demasiados segundos abandonados a intentos fallidos de algo que nunca podrá ser un buen partido.
El 2014 me ha seguido dando oportunidad de disfrutar de mi familia y de mis dos sobrinos, el verles sonreír es, quizás, de los momentos en los que mas luz me ha rodeado. Son las personas que más orgulloso me hacen sentir, y eso que hay días en los que no me soporto ni yo mismo, por suerte, cada vez son menos frecuentes esos días.
He descubierto que los momentos más especiales no ocurren en discotecas a altas horas de la madrugada o en restaurantes caros, sino junto a personas especiales en sitios normales, la felicidad no la da el lugar, sino la persona que te acompañe.
He notado que mi madurez personal a crecido a pasos agigantados por diversos motivos que no voy a redactar pero que gran parte de esa madurez consiste en no perder nunca la ilusión por volver a levantarte cada mañana, o de escuchar tu verso favorito de alguna canción antigua, o simplemente de bailar en algún semáforo escuchando una buena melodía.
Este año me ha dado momentos divertidos, felices, tristes, nostálgicos, raros, insípidos, fríos, calientes... pero siempre vividos a mi manera, adecuada o no, pero a mi manera.
Ana gran cantante dijo una vez: "si hubiese sabido lo que pasaría quizás no habría actuado como lo hice, por eso es mejor no saberlo sino se perdería lo bonito de la vida, vivir." by Rosa López.
Solo pido para terminar este año que el 2015 me depare mil historias que poder escribiros justo dentro de un año, que me deje ser feliz como lo sigo siendo y que me aleje de todo aquello que nunca debió aparecer en mi camino.
Para finalizar agradecer a todas esas personas que me han acompañado este 2014 y que me han aportado risas y sonrisas (que no es lo mismo ni aparecen de la misma manera) ya sean familiares o amigos.