domingo, 24 de septiembre de 2023

Isabel, más Pantoja que nunca

Anoche Sevilla y su Estadio olímpico de la Cartuja se vistieron de gala para celebrar los 50 años de carrera de Isabel Pantoja.

A las 21:35 aparece Isabel en el escenario, guapa, señorial, elegante, nerviosa y, sobre todo, muy arropada por las 6000 personas que allí nos congregamos (me incluyo) para disfrutar de ella.

La orquesta entonce el mítico "Isabel, yo me llamo Isabel, Isabel... Pantoja" donde el público corría a cargo de entonar el "Pantoja". Aparentemente nerviosa por estar en su tierra y muy emocionada por el mismo motivo.


Guapa, muy guapa, con un estilismo que sólo puede llevar Isabel Pantoja.

Un concierto en el que se recuerda a todos y cada uno de sus discos cantando fragmentos de las canciones más especiales para ella a piano y canciones enteras arropada por una maravillosa orquesta sinfónica y una coral que daba unos tintes soberbios como guinda a esa cascada de éxitos que fue desgranado en las casi 3 horas y media de concierto que sólo puede dar una artista como ella.

Resuelta ante problemas técnicos de sincronización del pianista, Isabel Pantoja supo recorrer por cada uno de esos discos dónde nos recordó la amplitud de género y repertorio que posee.

A parte de la orquesta contaba con un cuadro flamenco que salía cuando la Pantoja lo pedía y un grupo de mariachis que acompañó a la artista cuando cantó dos de las canciones de su disco de rancheras escrito y producido por, su amigo y compadre, el gran Juan Gabriel.

Este concierto, su repertorio y su nivel vocal fue de menos a más para sorpresa de muchos, las primeras canciones, para algunos desconocidas, dieron paso a sus grandes éxitos, al igual que tu timbre de voz, nervioso al comienzo y brillante al momento, un nivel vocal que pocas artistas pueden exponer por más de 3 horas en directo, con muy poca pausa y en todo momento destacando muy favorablemente frente a tantísimos y acertados músicos.





Destacar la perfección con la que ejecuta tanto la copla (Donde Isabel se encuentra muy cómoda y saca ese arte de tonadilla que solo la reina de la copla sigue moviendo) tales como el gran "Aquella Carmen" como las baladas en las que la emoción y las lágrimas sacan ese coraje que se hizo patente con el mítico "marinero de luces" o el gran "Pensando en ti" (Para mí el climax de la noche).

Tras todo este derroche de verdad ante uno de los mejores conciertos a los que he asistido en toda mi vida, quiero explicar porqué fue tan importante para mí poder asistir: En este concierto, a pesar de sentarme entre desconocidos, no estaba solo, alguien me acompañó en cada acorde, en cada lágrima, en cada vez que me toqué mi/su pulsera, y en cada momento al que me transportaba sus canciones favoritas. Esas canciones me transportaron a ella. 

Este concierto cumplió dos sueños, el de ella y el mío al estar ahí pensando en ella. 


















"No aislemos, intervengamos."